Eduardo Lourenço e Luis Sáez Delgado na inauguração da Exposição Suroeste em Badajoz, 2011. |
Paradoxal. De las
palabras que colmaron cada encuentro con el profesor Eduardo Lourenço
recuerdo, con claridad, aquella que con más deleite pronunciaba. Paradoxal.
Tras varias charlas, ya entregado, esperaba que detuviese el momento de mayor
interés y, con esa exacta ingenuidad con que hace historia de las ideas en el
aire, proclamara la condición paradójica del asunto que tratásemos: el
iberismo, el destino de Europa, el lugar de la alta cultura en las sociedades
postindustriales, la relación entre Occidente y América. Un universo de
tensiones que resumía con perplejidad: siempre estamos en el fin de la
historia. Un final que dejaba pendiente hasta el próximo encuentro.
Desde el año 2006 y hasta 2011, coincidiendo con mi paso por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, tuve la oportunidad de conversar en diferentes ocasiones con el profesor Lourenço, algunas en privado – cuando editamos La muerte de Colón – y otras no tanto, en entrevistas – fuente de las palabras que aparecen en cursiva en este texto – que se publicaron con motivo de su Premio Extremadura a la Creación y, más tarde, al asumir la presidencia del jurado de ese mismo premio iberoamericano concedido por una tierra que, rápidamente, se identificó con aquel profesor respetado y sencillo para quien todo ese paisaje es el mío. Y en cada una de estas ocasiones disfrutamos de la conversación de aquellos a los que quisiéramos haber conocido: resultaba imposible no encontrar en los quiebros del pensamiento del profesor Lourenço una sombra del Unamuno que admiraba, o del Ortega que siempre vemos en él y en sus provocaciones paradójicas.
Ahora, cuando el contacto no puede ser tan frecuente, prolongo las palabras de aquel coloquio en la lectura de sus textos. Están ordenados en un confín de mi librería, en la contradictoria provincia del ensayo: Lourenço junto a Benjamin, junto a Agamben, junto a Unamuno, entre los nombres que se han entregado a cartografiar los límites entre el presente y la naturaleza humana. Una tarea paradoxal.
*Luis
Sáez Delgado
Profesor
de Lengua Castellana y Literatura en el IES Bárbara de Braganza
Fue
Coordinador del Plan de Fomento de la Lectura y
Director de la Editora Regional de Extremadura durante
los años 2005-2011.
Texto inédito enviado pelo Autor para Ler Eduardo Lourenço.